En el cuaderno de esta bitácora correspondiente a febrero se inició esta serie dedicada a algunos conceptos básicos de la cristiandad y el islam con la entrega “El cristianismo y su interpretación musulmana como asociacionismo” (https://fmarcosmarin.blogspot.com/2024/02/el-cristianismo-y-su-interpretacion.html).
Los ánimos de
queridos amigos musulmanes me han estimulado para ampliar la investigación y
seguirla ofreciendo en este medio.
¿De dónde sacaron
los musulmanes esa idea de los tres dioses, que es la que se recoge en el
Corán, cuando se trata de los cristianos?
El concepto de "asociación", un concepto condenable, aparece -con algunas variantes léxicas- más de cuatrocientas veces en el Corán. De hecho, los musulmanes se llaman a sí mismos mu’minin 'creyentes' y designan a los cristianos como mushrikin 'asociacionistas’. De esos centenares de ejemplos se puede elegir como representativo, el siguiente. En la azora al-Rum (literalmente 'los romanos', en realidad ‘los cristianos orientales’) se dice: "Apartaos de todo cuanto es falso, volveos hacia Él [solo] y permaneced conscientes de Él siendo constantes en la oración y no seáis de esos asociacionistas”. La interpretación de "asociacionista" para los comentaristas es unánime:" todos cuantos asignan divinidad a cualquier cosa junto a Él”. Esa interpretación del cristianismo, lejana de la posición mayoritaria cristiana, sólo puede explicarse porque Mahoma tenía conocimiento y relación con un grupo particular de cristianos, cuya interpretación de la Trinidad estaba muy cerca de verla como tres dioses en uno. Por eso precisamente se los conoce como trideístas.
En algunos grupos cristianos el monofisismo evolucionó a un miafisismo, que en una primera y luego consolidada versión no plantea en el día de hoy un problema irresoluble de relación entre las iglesias orientales (armenia, siríaca y copta) y las occidentales, niceanas y calcedonianas. Dentro del monofisismo o miafisismo se originó un paréntesis trideísta (también llamado triteísta) en el siglo VI. Un grupo de monofisitas antioqueños, dirigidos por Juan Ascunages, interpretó que la naturaleza común del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es el resultado de una abstracción y que, en realidad, cada uno de ellos tiene una naturaleza diferente. El nombre de trideístas fue una etiqueta aplicada por sus contrarios. El trideísmo ponía énfasis en lo individual de cada una de las divinas personas, por encima de la unidad global de la Trinidad. Juan Filópono es el principal autor en defensa del trideísmo. Hay que comprender su importancia en el mundo cultural árabe para entender mejor por qué, de las varias corrientes cristianas, el islam basó su crítica precisamente en esta corriente minoritaria. La intención profunda de Filópono era conciliar Aristóteles y el cristianismo. No se piense, por ello, que Filópono era un seguidor ciego de Aristóteles. Al contrario, como comentarista, se opuso a algunas de las ideas básicas de la Física aristotélica y demostró que eran falsas, por ejemplo la tesis aristotélica de que los cuerpos permanecen en movimiento por contacto, sustituida por la más acertada del impulso. Cuando se lanza un objeto, como una jabalina, Aristóteles defendía que el aire era lo que continuaba empujando a la jabalina hasta su meta. Sin embargo el aire en realidad opone resistencia al objeto lanzado, que continúa su trayectoria por el impulso dado por el lanzador. Filópono se sitúa por méritos propios en el grupo de pensadores que estuvieron más cerca de descubrir la ley de la gravedad, anticipándose en varios siglos a Newton. De hecho, llegaron a comprender que un objeto lanzado al aire caía al suelo por su peso; pero no fueron capaces de concretar esa idea en una ley física.El apodo de Filópono, literalmente 'amante del esfuerzo', es decir 'diligente', corresponde a su actividad en el grupo miafisita de Alejandría, cuyos miembros se llamaban philoponoi, por su diligencia en rebatir el neoplatonismo de los paganos. A su aportación a la teoría del movimiento puede añadirse otra noción anti-aristotélica, su argumentación a favor de la creación ex-nihilo, desde la nada, así como un nuevo análisis tridimensional de la materia y el rechazo de un quinto elemento (además del aire, el agua, el fuego y la tierra) que habría sido la materia de los cuerpos celestiales. En la tradición árabe se lo conoce como Juan el gramático (Yahyà al-Nahwi). En el mundo árabe su obra estuvo presente en autores como al-Farabi, Avicena, al-Ghazali y Averroes. En el renacimiento influyó en Pico della Mirandola y en Galileo, que lo citó con frecuencia, y en otros varios autores. La mayoría de los escritos de Filópono se han conservado en citas de otros autores, traducciones al siríaco y referencias de los autores árabes. Si su obra se hubiera conservado mejor, nos permitiría conocer a un autor del nivel de un San Isidoro de Sevilla. También influyó en su relativo desconocimiento o rechazo posteriores su anatema en el tercer concilio de Constantinopla (680-681). Sus aportaciones científicas se basaron en estas premisas: 1) El universo fue creado por un único Dios, no es eterno. 2) Las propiedades físicas de los seres celestiales y terrenales son las mismas. 3) Las estrellas no tienen propiedades diferentes de otros cuerpos, no son divinas. Es, en todo caso, uno de esos nombres que, por su influencia al menos hasta el siglo XVIII, nos permiten argumentar que la llamada "época oscura" no fue tal en realidad y que buena parte de esa oscuridad se debe a nuestro desconocimiento.
Raqqa, Siria, hoy. |
Su argumentación
sobre la naturaleza de Cristo, que merecería más el nombre de "trifisista"
que el de "trideísta", se apoya en la preferencia acordada a las naturalezas
individuales de las divinas personas. Para él, considerar una sola naturaleza
para las tres personas sería una abstracción. Esto lleva inmediatamente a una
división entre las divinas personas mucho mayor, pues cada una de ellas tiene
la capacidad de actuar individualmente, es decir, independientemente de las
otras. En su obra Contra Themistius Filópono afirmó: “Hemos demostrado
que la naturaleza [de Dios] llamada "común" no tiene realidad propia
junto a cualquiera de las otras naturalezas existentes, sino que o no es
absolutamente nada -que es lo que ocurre en realidad- o sólo deriva su
existencia en nuestras mentes de las [naturalezas] particulares [de las tres
Personas]”. Las distintas versiones en la evolución de estos conceptos, que
llegaron hasta expresiones como" tres Dioses" o" tres
Divinidades" fueron recogidas por el patriarca Pedro de Callinicum (hoy
Raqqa, Siria) en un dossier compilado para diferenciar el monofisismo de las
iglesias ortodoxas orientales del trideísmo. Para que todo ello se convirtiera
en la fuente de conocimiento sobre el cristianismo tuvo que darse una serie de
circunstancias históricas que se expondrán en la entrega siguiente.
(continuará)