Saturday, May 17, 2014

Observatorio del español de los Estados Unidos, Inc.

Gracias a la ayuda de la Alexander von Humboldt Stiftung, pude escribir, en 2005, Los retos del español. En este libro traté de concretar algunas de las nuevas perspectivas de la lengua española que habían constituido núcleos de preocupaciones mías desde mucho tiempo antes, incluso con anterioridad a mi etapa del Instituto Cervantes (1999-2001).
Amalia y Odón Betanzos
Precisamente en 2001 Odón Betanzos me había comunicado mi adscripción a la Academia Norteamericana de la Lengua Española y ya había iniciado la colaboración con la Universidad de Tejas en San Antonio (UTSA) que me llevaría más adelante al puesto de profesor de Lingüística que ahora ocupo en ella. Uno de los retos del español es, en el consenso general, el de su presencia y desarrollo en los Estados Unidos de América. Por esa razón me pareció que era necesario poner en marcha un trabajo independiente, colectivo, abierto y didáctico, condiciones que coincidían en un observatorio. Se trataba de constituir formalmente algo que simplemente diera cuenta de la realidad, sin pretensiones, sin dependencia institucional, y que fuera suficientemente abierto para permitir la participación de colaboradores, sobre todo los alumnos graduados de UTSA y algunos subgraduados especialmente interesados e interesantes. Los pasos administrativos, que se han ido dando, desde 2004, con la lentitud que caracteriza a las burocracias, fueron los naturales para salvaguardar la originalidad de la idea y garantizar la propiedad del proyecto: copyright, registro de la marca, inscripción como corporación sin ánimo de lucro, estatal y federal, regulación de la corporación mediante los estatutos legales y pago de impuestos. Cumplidas hoy todas estas condiciones, necesarias, pueden empezar a presentarse los resultados y propuestas de esta observación.
UTSA
Pese a haber sido objeto reciente de obras de investigación de espectro amplio, en las que destacan nombres como los de John Lipski, Humberto López Morales y Jerry Craddock, con sus colaboradores, estamos muy lejos de una caracterización y comprensión del español estadounidense. Contribuyen a la confusión, sin duda, los numerosos visitantes ocasionales que se lanzan a escribir sobre realidades imaginadas en los despachos, con escaso o nulo contacto con la calle. Recuerdo, en este sentido, una anécdota de mi primera estancia en China, con la UNESCO, en 1981. En una conversación con Antonio Segura Morís, entonces encargado de negocios en la Embajada de España, me comentó: "Después de una semana en China se escribe un libro, tras un mes, un artículo y después de un año, nada, observar consume todo el tiempo". Tras más de diez años en UTSA, con la visión interna de un ciudadano de los EUA y una historia de visitas continuas y estancias largas en el país que se remonta a 1969, tengo que reconocer que es tanto lo que cambia cada día mi visión de los Estados Unidos que me parece mucho más recomendable la observación que la escritura. Estoy seguro de que cuento con la aquiescencia de muchos de mis colegas.
1528, para empezar

Por ejemplo, desde Tejas, 1528 es una buena fecha para empezar, desde Florida podría ser un poco antes, incluso. Pero luego, siempre desde Tejas, tendríamos enormes huecos hasta principios del siglo XVIII, cuando se plantea de manera constante, aunque incompleta, la necesidad de fortificar el territorio para contener los avances de los franceses desde Luisiana. Lamentablemente, la capacidad socio-economica española de la época, ya muy limitada, no permitió la consolidación de una población de Tejas, que hubiera cambiado la historia de esa parte del mundo en la que ahora vivo durante la mayor parte del año.

La acequia de San Francisco de la Espada (SA,Tx)
Esta consideración histórica no es baladí. Desde la perspectiva del Observatorio, algunos investigadores jóvenes, como Raymond Sánchez, se plantean el estudio y la reconstrucción del Camino Real en su paso por Tejas y han completado, en este momento, el estudio y la cartografía de su paso por San Antonio. En otros casos, el estudio del agua y su aprovechamiento han llevado a precisar algunas cuestiones lingüísticas interesantes, como el mantenimiento de ciertas comunidades de hablantes donde no se tocaron las vías de agua, las acequias, frente al desmantelamiento y desaparición de las que vieron sus acequias alteradas. Me he referido a ello, sumariamente, en otras entradas de este blog.  Completar el estudio es parte de las tareas del Observatorio.

San Antonio, Tejas
La ciudad de San Antonio, Tejas, es el punto de partida, punto de atracción y formación natural para los alumnos de UTSA. Esta elección parte de la consideración de que los estudios sobre el español de los Estados Unidos son, o demasiado generales, o muy restringidos, a veces hasta limitarse al aprendizaje de un niño, preferiblemente hijo o nieto de la investigadora. La Revista Iberoamericana de Lingüística  presentará en su número de 2014, en noviembre próximo, algunos resultados de la investigación sanantoniana, a partir de la encuesta sobre identidad y educación que se pudo realizar en 2013, aprovechando uno de los actos culturales de la Casa de España y otras instituciones, como Trinity University, en los que se registró una mayor afluencia de público. La coordinación, como en este caso la establecida entre identidad y educación, es algo buscado: se trata de relacionar parámetros, de construir una red de conceptos y aplicaciones de esos conceptos a la actualidad de la presencia de la lengua española en la realidad de las calles y paisajes.

Las lenguas, como se sabe, son estructuras de un tipo particular de símbolos, los signos lingüísticos. Ni viven, ni mueren. Viven y mueren sus hablantes, que son también quienes entran en conflicto, son leales o desleales a las lenguas y las culturas y tratan de utilizarlas para sus propios intereses, con frecuencia espurios. Todo ello se refleja en la historia de una ciudad, de un barrrio, de un país. Así sucede en Norteamérica también, donde se añaden la presión del inglés, la conmutación de código, las limitaciones culturales de los hablantes o la lucha, tan inteligentemente planteada por Hannah Arendt, por ejemplo, en su estudio sobre el origen de los totalitarismos, entre raza y nación. La labor del Observatorio, por tanto, no es sólo lingüística, también es educativa, social, cultural e, incluso, en el sentido etimológico, política, o sea, ciudadana. De ello habrá ocasión de ocuparse en el futuro del blog.

Sunday, May 4, 2014

Carmen Marín de Marcos (1918-2014)

Los últimos dos meses han estado marcados por una situación excepcional y dolorosa. No he sido capaz de escribir y, todavía ahora, prefiero reposar en los recuerdos amigos. Es la segunda vez que me salgo del propósito casi profesional de este cuaderno de bitácora. Hoy es el Día de la Madre en España. Sé que estoy en mi derecho y agradezco a Verónica Zumárraga que me haya proporcionado este texto, que tan bien resume muchas cosas. Gracias.

No olvidaré a tu madre, porque a lo largo de los años he reunido muchos recuerdos y he registrado todos sus cuentos. Éste es mi favorito: tus padres paseaban por la calle y tu madre miraba escaparates. En eso algo le llama particularmente la atención, suelta el brazo de tu padre y detiene su marcha. Cuando la retoma, toma el brazo de tu padre, pero sigue mirando escaparates unos cuantos pasos, hasta que levanta la vista y ve a tu padre, muerto de risa, unos pasos más adelante. Distraídamente había tomado el brazo de otro hombre, que por gentileza no había dicho nada. Y tu padre, advirtiendo el error, tampoco. Según Carmen, no le perdonó ese silencio por varios días. Sé que conoces el cuento mejor que yo, pero permíteme que lo evoque porque describe muy bien a sus protagonistas.
No olvidaré a tu madre. Su belleza (que hereda tu hija Elvira), su sonrisa, su fe en la educación, su amor por su marido, su orgullo por sus hijos, nietos y bisnietos. No olvidaré su breve y contundente bendición antes de comer: “El que nació en Belén bendiga esta mesa. Amén”. No olvidaré un solo rincón de su casa, donde me recibió con tanta hospitalidad, ni el retrato de la sala, pintado por su hermano, lo que me trae a la memoria toda la serie de cuentos relacionados con su infancia, adolescencia y juventud vascas. No olvidaré las historias de la guerra, ni la bota del miliciano. El último recuerdo me lo aporta Sole al describirme la manera admirable en que tu madre transitó su último mes de vida.
Nuestras madres han muerto mayores. Pertenecieron a una generación fuerte. Fueron grandes dadoras de vida y, quizás por eso, les costó morir. Construyeron sus familias según el modelo de las fuertes familias de las que provenían. Y fueron grandes defensoras de esa construcción, con una fe en la institución familiar que hoy parece ausente. Mujeres convencidas de que su gran obra eran sus cinco hijos.  
Toda esa generación ha muerto. Cuando se vaya Laura Monti, la ultimísima de mis mayores, sentiré un vacío enorme. El vacío de los que me protegieron, de los que admiré, de los que me estimularon con su ejemplo. Y no sé si mi generación sabrá dejar un legado tan claro.
No olvidaré a tu madre y me alegro mucho de haberla conocido.