Thursday, October 27, 2022

Teoría y práctica de la lengua española. (Xībānyá yǔ yǔyán tōnglùn) 西班牙语语言通论

 

La editorial de la Universidad de Shanghai acaba de publicar este libro, escrito en colaboración a distancia (ella en Maryland y yo en Jerusalén) con mi antigua y brillante alumna (Beijing 1981) la doctora Xuhua Lucía Liang. Pensamos que hacía falta un libro sobre el español que satisficiera las necesidades que hemos apreciado en cursos en China, conversaciones y lecturas. Por eso hemos hecho un volumen en español, para que se pudiera estudiar el contenido en la lengua de referencia y otro en chino, que no es una simple traducción, sino una adaptación cuidadosa y minuciosamente discutida, teniendo en cuenta los problemas que el contraste entre el chino y el español presenta, para ser utilizado juntamente con el volumen en español. Un volumen, el español, podrá ser utilizado por estudiosos conocedores de esa lengua; pero el conjunto de los dos se dirige específicamente a las necesidades de estudiantes y profesores chinos. Ello nos ha hecho reflexionar sobre algunas cuestiones, reflexiones que se pueden compartir en esta bitácora.

Cooperación es la palabra que quizás defina mejor la intención de los autores, porque éste es un libro para participar. Más allá de la cooperación entre quienes lo escribieron, que siempre se ha dado de manera completa, se trata también de la cooperación de los lectores, de los usuarios de este libro, que está concebido para el trabajo y el esfuerzo conjuntos.

Diecisiete capítulos que contribuyen a que los estudiosos y profesionales que ya tienen un buen conocimiento del español lo amplíen y mejoren, porque están capacitados para ello. Cuando se estudia una lengua, sea la propia o una segunda lengua, quien la estudia se abre al reto del conocimiento lingüístico. Una lengua es un constructo mental, es una estructura en su historia. Además de los aspectos gramaticales, del sistema, como tal, de lo estructural, si se quiere, hay multiplicidad de factores que hacen que cada uno se acerque a la lengua objeto de estudio con distintas preguntas, reflexiones, observaciones, inquietudes. Esa aproximación requiere conocimientos que van más allá de las reglas gramaticales o del mero aprendizaje del léxico. Se supone que los lectores de este libro tienen ya esos conocimientos básicos del español. 

Las lenguas reflejan culturas, porque mediante ellas los hablantes organizan su conocimiento en categorías. Por eso, tras un capítulo inicial de situación de la lengua española en el universo del significado y del símbolo, ocho capítulos tratan de sistematizar unidades, funciones, valores, para permitir una reorganización, siempre basada en textos auténticos, de los conocimientos previos de cada lector, de cada estudioso, sobre la lengua española.

Los cinco capítulos siguientes se dedican en cada caso a un tipo particular de texto: técnico y científico, jurídico administrativo, periodístico y publicitario, humanístico, literario. De esta manera cada lector podrá comparar su propia percepción de estos textos, en su lengua materna o usual, con la presentación de esos textos en español y, si es un hablante nativo, se enfrentará a textos auténticos, con las pertinentes observaciones para colaborar en su comprensión. A menudo los libros de lingüística presentan y analizan ejemplos inventados por sus autores, ejemplos que se originan ya con una orientación determinada. Trabajar sobre textos auténticos, buscar siempre un uso que corresponda a cada aspecto del estudio es más exigente y más iluminador, porque se trata la realidad de la lengua, más allá de lo que un autor pueda crear para defender una idea peculiar.

En la tradición de la lingüística española e hispanoamericana ha estado vigente el estudio conjunto de lengua y literatura, porque la obra literaria es, en primer lugar, un texto, parte de un sistema que el lector conoce y comprende. Por eso, si bien es cierto que el nivel de análisis literario toma después un sendero que se bifurca, el estudio basado en el comentario de textos proporciona un nivel de detalle que ayuda mucho en el análisis. Cuanto mayor es la amplitud de los textos estudiados, mejores serán los resultados de ese análisis. Además, también hay que tener en cuenta que el uso lingüístico tiene distintos registros y a esa estratificación se dedica un capítulo, seguido de los dedicados a la lengua española en su historia y en su geografía, porque el español es una muestra de unidad en la variedad. Por su número de hablantes, por su extensión geográfica, contigua en su mayor parte y por la enorme riqueza cultural que contiene, el español es una lengua internacional de gran demanda.

Esas grandes dimensiones se sujetan con una cierta flexibilidad a la labor normativa de la Asociación de Academias de la Lengua Española, ASALE. Esta institución coordina la labor de todas las Academias, que se suman al trabajo históricamente desarrollado por la Real Academia Española. El español tiene una ortografía y un diccionario. El léxico común del español es casi el 93%, muy superior al de otras lenguas. Las diferencias léxicas pueden servir para entretener a los amantes de las variedades; pero nunca impiden la intercomunicación entre un hablante de la Ciudad de México y uno de Buenos Aires o entre ellos y un colombiano y un español. Las mínimas discrepancias se solucionan inmediatamente.

Por eso es también oportuno señalar que es confuso hablar de un español de España y un español de América, porque las diferencias son regionales, areales, no nacionales o continentales. Un caribeño está lingüísticamente más cerca de un canario e incluso de un sevillano que de un porteño y un hablante del Río de la Plata puede coincidir en algunos usos más con un hispanohablante de Zaragoza, España, que, con otro de Zaragoza, México. Además, la extraordinaria importancia adquirida por los medios de comunicación contribuye a una mayor visión de las diferencias entre áreas dialectales, ciertamente; pero también a la intercomprensión entre los usos lingüísticos de hablantes de todas ellas. De ahí el éxito de las telenovelas, los culebrones, en todo el mundo hispánico, independientemente de su origen o la capacidad de realizar un cine excelente, con mezcla de actores, actrices y productores.

El español es un idioma muy coherente, coherencia que permite la variedad en la unidad, como es natural en una lengua que se habla en un espacio geográfico tan grande y por un número tan elevado de personas. Los lectores de estas páginas pueden echar a veces en falta alguna variedad o alguna construcción que conozcan, bien de lecturas, bien de oídas. Sería pretencioso e imposible pretender que en un limitado número de páginas quepa toda la variedad del español. En varios lugares, especialmente en los ejercicios, se hacen referencias a que las variantes van más allá de lo que en el libro cabe. Lo que se pretende es recoger sobre todo un español normativo, con más flexibilidad en unos puntos que en otros. El español literario es más flexible que el administrativo, por ejemplo. Un anuncio podrá permitirse libertades lingüísticas y adecuaciones al medio al que se dirige, una carta empleará registros más familiares que un trabajo científico, y así en otros casos. Hay hablantes y autores que prefieren usos regionales y otros que los reducen o los evitan. Por eso es recomendable mirar los hechos lingüísticos como parte de una evolución, de una deriva histórica que se refleja en la Geografía y en la Sociología de las lenguas. Para aprender hay que comprender.

Hasta aquí se ha recogido una parte conceptual del contenido del libro en manos del lector o en su pantalla. Parecen oportunas unas reflexiones acerca de su empleo, de cómo trabajar con él.

Ya se dijo que todo lo que se expone o explica se basa en textos, más breves o más largos, según corresponda a cada caso. Esa parte requiere comprensión de los lectores, reflexión. Además, se ofrece una amplia serie de ejercicios. A veces en el interior de algún capítulo, si ha parecido más conveniente, normalmente al final de cada capítulo. Ésta es la parte activa y cooperativa del libro. Para ella hay distintos niveles de cooperación. Si se usa como texto, corresponde a cada profesor seleccionar y orientar los ejercicios. Por ello a veces simplemente se orienta sobre el tipo de ejercicio, no se presentan siempre ejercicios concretos. Se valora mucho el trabajo docente. La doble experiencia de los autores lo impone. Además, los docentes en distintos lugares y de distintas procedencias pueden aportar su particular elección de modelos y normas y abrir posibilidades de reflexión y discusión. El libro también puede estudiarse en sí mismo, fuera de una clase o un curso. Puede hacerse en un seminario, más recomendable, o individualmente. Siempre se encontrarán ayuda y comentarios orientados a hacer el mejor uso, a mejorar el conocimiento, la comprensión. Trabajar sobre el libro garantiza una mejora sensible de los conocimientos sobre la lengua española. Permite también sentirse parte de una comunidad de estudiosos, con una ventaja adicional que nuestra sociedad ofrece: la posibilidad de comunicarse a través de las redes sociales. La misma palabra que inició estos párrafos los termina: cooperación.