Wednesday, October 22, 2014

Educación y educación bilingüe: San Antonio, Tejas.

Uno de los argumentos recogidos en la Declaración de independencia de Tejas, en 1836, fue precisamente la incapacidad del gobierno mexicano para desarrollar un sistema educativo público en Tejas. Para comprender someramente el sistema educativo de San Antonio es necesaria una breve introducción. El control general, es decir, la autorización para abrir o la decisión de cerrar las escuelas, depende de la Texas Education Agency, con sede en la capital, Austin. La agencia administra también las pruebas de Evaluación de Conocimiento y Habilidades (TAKS en inglés). El estado se divide en distritos escolares independientes, que son varios en una ciudad grande. San Antonio cuenta con siete distritos. El modelo actual se basa en el plan federal de educación de 2002, No Child Left Behind, que responsabiliza a las escuelas de los resultados de las pruebas estatales y el índice de abandono escolar de acuerdo con un baremo que se basa en cuatro grupos de estudiantes: whites, hispanics, African-American y económicamente desfavorecidos. Un complejo sistema de financiación garantiza un relativo equilibrio básico entre los distritos de los barrios ricos y los de las zonas pobres. Las dificultades no se originan principalmente como consecuencia de las diferencias económicas, sino como consecuencia de la calidad de los gestores educativos, en último término elegidos por los ciudadanos. Cuando un distrito pobre, como East-Central en San Antonio, en 2013-2014, tiene unos gestores pésimos, los problemas de escolares y maestros son graves y el futuro de algunas escuelas se vuelve inseguro. Los maestros tratan de conseguir contratos en otros distritos y se marchan. La participación internacional para el bilingüismo puede también fracasar. Así, el estado de Tejas tiene un acuerdo de recepción de profesores españoles de primaria y secundaria, con el gobierno de España. Se supone que se contrata a los profesores españoles para dar clase en español en los programas bilingües del distrito. El distrito receptor en San Antonio es East-Central. En realidad, sólo una de los profesores españoles dio la mayor parte de sus clases en español, otro dio todas en inglés y los restantes, la mayoría en inglés. El bilingüismo es una excusa para conseguir sobre todo profesores de ciencias, porque los norteamericanos no quieren ir a esas escuelas. De la docena de profesores españoles, uno regresó en Navidad del primer año y nueve más en junio del primer año, de los tres que se supone dura su estancia. La consecuencia, aunque dura, es innegable: el acuerdo entre los estados participantes y el Ministerio de Educación de España, desde el lado norteamericano, se ve como un modo de conseguir profesores cualificados en sectores deficitarios, más que de potenciar la enseñanza bilingüe.

Los programas propios de educación bilingüe en Tejas han vivido frecuentemente en la ambigüedad creada por su origen reivindicatorio y de enfrentamiento de comunidades. La situación empezó a cambiar en cierto modo a partir de la década de 1990, cuando los distritos con mayoría anglo empezaron a darse cuenta del interés que tenía el español, como lengua internacional, no como lengua de gueto, y de las ventajas económicas que el bilingüismo conlleva en los sectores sociales en los que sus hijos tenían mayores posibilidades (medicina y derecho, particularmente). También ha ido influyendo, de manera progresiva, la creciente inmigración mexicana de un nuevo tipo, la de los profesionales e industriales o comerciantes de las capas medias y altas de la sociedad de México, que han ido tratando de sacar a sus familias de la situación de terror que ha caracterizado al México del norte, sobre todo, en el siglo XX y primeras décadas del XXI. Eso conduce a una inmigración mexicana del norte, más rica, y otra del sur, más pobre, diferentes incluso en su apariencia física, y crea una nueva fractura dentro de la sociedad, fresitas y pelados. 

Earl Warren
El 17 de mayo de 1954, en el juicio de Brown contra el Consejo de Educación de Topeka, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, presidido por Earl Warren, declaró que la segregación racial en las escuelas violaba la Cláusula sobre Protección Igualitaria de la Decimocuarta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos. Se basó para ello en que la separación por escuelas de estudiantes blancos y negros negaba la igualdad de oportunidades en educación.
Conseguida la igualdad de acceso a las escuelas, sin distinción de raza, el paso siguiente, esencial para el movimiento chicano, fue la lucha por la enseñanza bilingüe y bicultural. Téngase en cuenta que lo realmente importante de ese binomio adjetivo es el segundo, bicultural. Lo que importa, dentro de lo políticamente correcto, es que nadie se sienta discriminado por razón de su origen. Si tiene que haber clases en español, hay clases en español, aunque, en muchos casos, la relación entre maestros y alumnos sea en inglés, dentro de esas clases. La preocupación lingüística es muy desigual, los estándares pueden ser muy bajos, puede haber un rechazo decidido a la norma, reflejado en una ignorancia palmaria de la ortografía y, en general, lo que interesa es el español de los Estados Unidos, el de la raza, no el español en el mundo. Este aspecto, como ha estudiado bien Hilda Velásquez, también se manifiesta en la publicidad para hispanos, claramente reducida al ámbito interno, domestic.
En 1968 se aprobó la ley de educación bilingüe (Bilingual Education Act). El artículo VII de la ley autorizaba la cesión de financiación federal a los distritos interesados en el desarrollo de la educación bilingüe y también a los investigadores de las distintas cuestiones implicadas. El cambio era notable, aunque la financiación, tras el correspondiente concurso, sólo llegó a un número limitado de distritos. Entre 1880 y 1968, puede decirse, lo esencial era la política lingüística asimiladora, a partir de 1968 se abre una época más cercana al espíritu de la Constitución y se favorece, a veces muy tímidamente, una educación que respete los rasgos de las minorías, especialmente la minoría mayoritaria y ya mayoría en bastantes distritos, la hispana.
Cinco supuestos, según Paulston, en 1978, habrían guiado el desarrollo de la educación bilingüe: el primero de ellos la conciencia de sus ventajas en la igualdad de oportunidades. El segundo de ellos se refiere a su importancia en el desarrollo del conocimiento de la cultura de la “lengua madre”, para lograr así un equilibrio entre las dos culturas. En tercer lugar  se menciona su importancia metodológica: las ventajas de la educación en la “lengua madre”. El cuarto supuesto es que la destreza en el manejo de las dos lenguas a partir de la primera incrementa las habilidades para el aprendizaje, lo que redunda en el éxito educativo del alumno. Finalmente, la quinta, que nos llevaría de nuevo a Sapir, es la conciencia de una relación entre el lenguaje y la cognición, lo que incluye el desarrollo cognoscitivo. Recuérdese que, para Paulston, el cambio de lengua es un parámetro de integración en la nueva sociedad. La educación bilingüe, en consecuencia, se dirige a la mejor integración del alumno en la sociedad a la que pertenece, la norteamericana.
Sesenta años después del caso Brown, un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles, con el sugestivo título de Brown at 60apunta a la pervivencia de la segregación en las escuelas de Tejas, de una forma, por supuesto, más sutil. En los barrios de mayor concentración de latinos, sureste, sur y oeste de San Antonio, más de la mitad de todos los latinos asisten a escuelas en las que al menos el 90% de los alumnos proceden de las minorías  desfavorecidas (hispanos, indios y negros). El estudio destaca que los latinos son más segregados que los negros en el sistema escolar y que California es el estado con mayor segregación de latinos. Erica Frankenberg, una de las coautoras, observa que las escuelas en las que se practica la segregación “suelen ser escuelas con gran concentración de pobreza y acumulan diversas desventajas educativas para esos alumnos”.

Los olvidados
En el caso de San Antonio, East Central, el distrito estudiado en 2013-2014, es un distrito suburbano, que son precisamente aquellos en los que la segregación es más clara, según el estudio de UCLA. Junto a porcentaje elevadísimo de familias monoparentales, ofrece también índices elevados de abandono, que hacen pender amenazas de cierre sobre escuelas como la escuela media estudiada, Legacy, serios problemas de drogas, necesidad de control de armas en las entradas, indisciplina generalizada, elevado índice de inseguridad, elevado índice de maternidad de adolescentes, con violencia doméstica, asesinatos por arma de fuego y, en el lado escolar, dificultad de contratación de docentes, especialmente de ciencias, mal uso de los programas bilingües, por desviación de los profesores contratados para ese fin hacia otros servicios, pobres resultados en las pruebas estatales y preparación inadecuada para el futuro de los estudiantes que muestran interés y aprovechan. Es, en el caso de Legacy, el resultado de una dirección que procede de un tipo especial de profesores, que son los entrenadores deportivos (coaches), de reducida experiencia docente y que no muestra gran compromiso con el futuro de los alumnos. Es un caso evidente del interés por el mantenimiento de la frontera de clases y de la subordinación de los estudiantes hispanos y sus intereses a las directrices de una administración que también procede de la misma área suburbana; pero no es latina. La probabilidad de éxito de un buen estudiante en una de estas escuelas es, lamentablemente, mínima y, en bastantes casos, la supuesta educación bilingüe, una falacia. 


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