La editorial Peter Lang publicará en breve en Nueva York este libro. Antes del paréntesis veraniego, que este año puede ser largo, me ha parecido que podría ser útil darlo a conocer, mediante la reproducción de mi introducción al mismo.
Más información disponible en
https://www.peterlang.com/view/product/82961.
La generalización del acceso a la
educación ha producido grandes alteraciones en el tipo de estudiantes que
llegan a los estudios superiores. Hace cincuenta años, la mayor parte de
quienes hoy acceden a ellos se hubiera limitado, como mucho, a terminar lo que
hoy sería una enseñanza preuniversitaria, mientras que en la universidad se
ingresaba tras un largo y costoso proceso de selección. Todo ello se ha traducido en un descenso del nivel
medio de conocimientos. Digo medio, porque también está claro que el nivel superior de los
conocimientos universitarios supera hoy con mucho al de hace cincuenta años. En
aspectos como uso de computadoras y conocimiento de idiomas, incluso el nivel
mínimo está más alto que el nivel mínimo de entonces. ¿Qué caracterizaría, a mi
juicio, ese nivel medio de conocimientos que parece haber descendido?
Fundamentalmente dos aspectos: el conocimiento enciclopédico y el
interdisciplinario, estrechamente ligado a él. Muchos alumnos universitarios,
limitándonos al campo de las Humanidades, no han tenido ocasión de aprender a
interrelacionar Arte, Música y Literatura o, incluso, Lengua y Literatura, ni
nada de ello con la Historia. Su universo cultural está limitado por un menor acceso a la
fuente de información básica que ha sido, en la educación burguesa
característica del estudiante universitario tradicional, la biblioteca
familiar. Disponen de muchas facilidades para acceder a la información que
precisan, gracias a internet; pero no han sido educados para interrelacionar los
múltiples datos que reciben y, en consecuencia, ha disminuido su capacidad crítica.
No saben qué hacer con tanta información. El problema no se limita a los alumnos
universitarios, por supuesto, es un problema de nuestro tiempo; pero en este
libro se restringe al estudio de las Humanidades en Lengua Española en el marco
universitario.
Un grupo de profesores con experiencia educativa en niveles preuniversitarios y universitarios aceptó mi propuesta de
escribir un libro introductorio para ayudar a los estudiantes a interrelacionar
conocimientos en los campos de Lengua, Cultura y Literatura. El mejor modo de
hacerlo de manera coordinada era aceptar unas ideas básicas y la orientación
del compilador para que todo saliera de acuerdo con el plan previsto. Esa idea
central del libro es “cómo hacer cosas en Lengua, Cultura y Literatura a partir
de los conocimientos que se adquieren en cada capítulo”. El método de aplicación
debería ser que los alumnos se leyeran primero el capítulo, antes de la clase
correspondiente, y prepararan una serie de ejercicios para repasar en clase. De
ese modo se asegura que se haya comprendido lo que se quiere decir y que se
sabe cómo aplicarlo.
El público es, en principio, el compuesto
por estudiantes universitarios de español en universidades de todo el mundo, lo
que significa que algunos de ellos tienen el español como lengua materna y
otros como lengua segunda. De hecho, el experimento de aplicación práctica de
la primera redacción del libro se ha hecho con estudiantes de las dos
categorías. Naturalmente, además de los estudiantes, hay que tener en cuenta a
sus profesores, porque esta obra se presenta como una posible introducción a
las Humanidades Hispánicas en un semestre de quince semanas. Sería deseable que
el libro alcanzara a otros estudiantes y profesores, en todo el mundo. Se ha
tenido por tanto muy claro que ese público estudiantil en algunos casos puede tener el español como lengua
materna, con variados niveles de uso en diferentes registros, y que, en la
mayor parte de los casos en que el español no sea su lengua materna, lo será el
inglés. Se parte también de la idea de un público con conocimientos muy
básicos, así que no se debe dar nada por previamente conocido. La ventaja es
que la Sociedad del Conocimiento permite hoy recurrir a información complementaria
cuando sea preciso, por lo que se evita sobrecargar el libro, que debe ser lo
más ágil posible, para permitir una primera lectura seguida de los ejercicios
correspondientes, antes del trabajo de clase. Cuando para esa información complementaria
se recurra a internet, se hará teniendo en cuenta que los enlaces pueden sufrir
variaciones y quedar pronto obsoletos. La mejor solución aplicada ha sido
incluir las palabras de búsqueda, para permitir la recuperación de los enlaces
o su sustitución por otros equivalentes.
Esto quiere decir que los autores nos hemos planteado nuestros capítulos como un texto divulgativo de nivel culto, pero no especializado más allá de lo que se supone que se debe aprender en una introducción a lo que serán después estudios de maestría en los tres campos de aplicación, referidos a la lengua española castellana. La idea es que, cuando un alumno siga después cursos en Lengua, Literatura o Cultura, llegue a ellos con un mínimo de conocimientos básicos. Esto antes lo hacía la Escuela Secundaria y ahora debería hacerlo el Bachillerato o BA; pero la realidad demuestra que es mejor no darlo por supuesto. Los alumnos son normalmente capaces de aprender lo que se les enseñe en lenguaje llano y con claridad, dos conceptos que con frecuencia se confunden. Ese tipo de enseñanza, quizás, es menos común de lo que parece.
Esto quiere decir que los autores nos hemos planteado nuestros capítulos como un texto divulgativo de nivel culto, pero no especializado más allá de lo que se supone que se debe aprender en una introducción a lo que serán después estudios de maestría en los tres campos de aplicación, referidos a la lengua española castellana. La idea es que, cuando un alumno siga después cursos en Lengua, Literatura o Cultura, llegue a ellos con un mínimo de conocimientos básicos. Esto antes lo hacía la Escuela Secundaria y ahora debería hacerlo el Bachillerato o BA; pero la realidad demuestra que es mejor no darlo por supuesto. Los alumnos son normalmente capaces de aprender lo que se les enseñe en lenguaje llano y con claridad, dos conceptos que con frecuencia se confunden. Ese tipo de enseñanza, quizás, es menos común de lo que parece.
Lo anterior también significa que el
libro está escrito en lenguaje llano y que los alumnos deben aprender a usar
ese tipo de lenguaje, a ampliarlo y a distinguir los distintos niveles o
registros. Por ello es oportuno que tengan una clara idea de la norma, en el
sentido de consenso. La norma lingüística utilizada será la norma hispánica y,
en caso de tener que hacer concesiones a determinadas variantes, se elegirán las que sean más comunes entre
las variantes americanas del español. Al hacerlo se debe tener presente que no
hay una unidad de un supuesto español latinoamericano frente a un supuesto
español europeo, como sabe bien quien tenga una idea de las diferencias entre
el habla de Burgos, Madrid, Sevilla, Canarias, la isla de Bioko, Veracruz, la
Ciudad de México, Caracas, Bogotá, Salta, el Río de la Plata o cualquiera de las regiones del
mundo hispanohablante.
Mantener el libro en límites aceptables
de extensión requiere aceptar, por parte de autores y lectores, que el
principio de selección es básico. Solo la necesidad de intercalar muchos
ejemplos ha hecho que un capítulo se salga de esa norma. En la misma línea del
cuidado de la extensión y su plausible uniformidad se sitúa la cuestión bibliográfica.
Los autores están habituados a emplear bibliografías amplias; pero extender esa
carga a alumnos a los que se pretende atraer sería contradictorio. Por ello se
ha buscado reducir esa bibliografía a unos cuantos títulos, explicando en
breves líneas por qué han sido elegidos, para qué y cómo ese título es útil
para seguir trabajando en ese tema. En la redacción se han utilizado más; pero,
en general, se han dejado para la bibliografía final. Otra de las ventajas de
internet es que ampliar una bibliografía es hoy muy fácil, lo que cada vez es más difícil es seleccionar qué bibliografía es básica
para determinado tipo de trabajos.
El fin último es acercar a los estudiantes y estudiosos a cada uno de los temas de manera que se sientan atraídos por cómo un especialista trabaja sobre ese asunto, lo hace porque le gusta y disfruta con ello y les está dedicando unas páginas para que aprendan a trabajar y disfrutar haciéndolo. Muchos alumnos dejan los estudios cada año simplemente porque nadie les ha enseñado a querer lo que hacen. No se trata de escribir una enciclopedia universal de la lengua, la cultura y la literatura, sino de situarlos con una base en cada uno de esos mundos, porque a ellos van a dedicar sus vidas.
El fin último es acercar a los estudiantes y estudiosos a cada uno de los temas de manera que se sientan atraídos por cómo un especialista trabaja sobre ese asunto, lo hace porque le gusta y disfruta con ello y les está dedicando unas páginas para que aprendan a trabajar y disfrutar haciéndolo. Muchos alumnos dejan los estudios cada año simplemente porque nadie les ha enseñado a querer lo que hacen. No se trata de escribir una enciclopedia universal de la lengua, la cultura y la literatura, sino de situarlos con una base en cada uno de esos mundos, porque a ellos van a dedicar sus vidas.
Para hacerlo se ha contado con un grupo
de doce especialistas, siete mujeres y cinco hombres, cuya presentación
resumida, por orden de intervención, sería la siguiente.
Alicia Sánchez Díez, de la Universidad
Complutense, es Doctora en Historia, licenciada en Documentación. A punto de
terminar sus estudios de Ingeniería Técnica Industrial, descubrió que su
verdadera vocación era unir lo digital y las Humanidades. Ha trabajado en
museos, bibliotecas, corpus, todo lo relacionado con documentación y técnicas
historiográficas.
Francisco Marcos Marín, de la University
of Texas at San Antonio, es Doctor en Filología Románica. Ha sido catedrático
de Universidad y de Institutos Nacionales de Enseñanza Media en España,
Professore Ordinario per chiara fama en la Universidad de Roma “La Sapienza” y
visitante en universidades de todo el mundo. Premio Humboldt de Investigación y
Experto del European Research Council.
Whitney
Chappell, de la University of Texas at San Antonio, es Doctora en Hispanic
Linguistics. Investiga sobre todo
en Fonética y Sociolingüística, indagando la relación entre los sonidos y las
identidades sociales. Su docencia abarca, por ejemplo, la lengua y el género,
la sociolingüística, la fonética y el bilingüismo. Su trabajo de campo se ha
realizado principalmente en Centroamérica, sobre todo en Costa Rica y
Nicaragua.
María Soledad Salazar es profesora
jubilada tras una dedicación sobre todo a la enseñanza preuniversitaria. Es
Doctora en Filología Hispánica. Autora en manuales de docencia del español,
estudios retóricos y enciclopedias literarias, su investigación se centra en la
Retórica y, especialmente en las relaciones entre España e Italia en los siglos
XVI y XVII, así como entre la Literatura y el Arte.
Jorge Urrutia es Profesor Emérito de la
Universidad Carlos III. Es Doctor en Filología Románica. Ha sido catedrático de
Universidad y de Universidades Laborales. Crítico y creador, en su creación
literaria destaca la obra poética premiada y traducida a diversas lenguas.
Colabora en diarios españoles e internacionales y ha recibido las Palmas
Académicas de Francia en el grado de caballero.
Santiago Daydí-Tolson, de la University
of Texas at San Antonio, es Doctor en Filosofía y Licenciado en Filosofía y
Educación. Ha desempeñado la docencia también en Chile y España. Investigador
de la Literatura Latinoamericana y Chicana, ha publicado antologías,
traducciones y estudios. Es autor de poesía y de novela y director de la
revista electrónica Labrapalabra.
Rosa de Diego, de la Universidad del País
Vasco, es Doctora en Filología Francesa. Ha sido también profesora en niveles
preuniversitarios en Francia y España. Sus líneas de investigación son la
Literatura Francesa de los siglos XIX, XX, XXI, la Literatura de Quebec, el
Teatro, la Literatura Comparada y el Tematismo. Ha publicado ediciones,
traducciones y estudios, en español y francés.
Nancy J. Mémbrez, de la University of
Texas at San Antonio, es Doctora en Hispanic Languages and Literatures. Ha
investigado sobre teatro, teatro musical y cine, colaborado con directores como
Eliseo Subiela y dirigido sus propias producciones. También ha escrito sobre
Fotografía. Dirige el Laboratorio de Medios Audiovisuales del Department of
Modern Languages and Literatures.
Ana Benavides, de la Universidad Carlos
III, es Doctora en Humanidades y Profesor Superior en Piano. Enseña también en
el Real Conservatorio en Madrid. Estudiosa de la Historia del Piano en España,
ha hecho una notable labor de recuperación y publicación. Investigadora y
profesora en España, Brasil, Australia y los Estados Unidos, ganadora de
diversos premios, ha dado conciertos en todo el mundo.
Melissa Wallace, de la University of
Texas at San Antonio, es Doctora en Traducción e Interpretación. Sus
investigaciones y publicaciones se centran en la profesionalización, en los
sistemas de acreditación oficiales que autorizan a los traductores e
intérpretes a ejercer y en la política lingüística como forma de activismo para
eliminar barreras. Ha enseñado e investigado en España, Finlandia y los Estados
Unidos.
Vicente
Guillot, Chair of English, Communications, and Foreign Languages, Palo Alto
College. ABD en Traducción e
Interpretación, MA en Literatura Hispánica. Su investigación se centra en el
currículo de traducción e interpretación para estudiantes subgraduados y la
educación cultural. Colabora como intérprete voluntario en misiones médicas.
Amando de Miguel es Profesor Emérito de
la Universidad Complutense. Doctor en Ciencias Políticas. Investigador en
Sociología, formado en Columbia University. Docencia en España, México y
Estados Unidos. Conferenciante y publicista en todo el mundo. Autor de libros
sobre Sociología, español, Literatura. Novelista. Receptor de múltiples
galardones y premios.
El trabajo de estos notables
investigadores ha contado además con una ayuda especial, la de Yaisy Rodríguez,
MA en Español por la University of Texas in San Antonio, en la tarea editorial
y en el formato del libro según las normas editoriales. Colaboraron sus
compañeras en el Curso de Introducción a los Estudios Graduados impartido por
Francisco Marcos Marín en esa Universidad en 2016, Nancy Enríquez, Daniela
Hernández, Mariana V. Prado de la Parra y Mary Rosse Valero Flórez. Las notas y
observaciones de estas cinco alumnas graduadas y su trabajo de recensión
completa del primer borrador del libro permitieron corregir diversos errores de
contenido y de apreciación y mantener una línea de adecuación entre los autores
y un grupo pequeño, pero representativo, de los futuros lectores de este libro. Los autores reconocen
también la ayuda del Department of Modern Languages and Literatures de la
University of Texas at San Antonio, con un agradecimiento especial a la Dra.
Marita Nummikoski.
Cada autor es responsable de su trabajo,
de su orientación y su selección de ejemplos y comentarios. El compilador lo es
de sus capítulos y de haber tratado de mantener en los autores un espíritu de
unidad que, al parecer, fue generosamente aceptado y se ha mantenido en una
redacción coherente. Que en un libro introductorio falten cosas y otras estén
tratadas superficialmente es inevitable. Lo que cabe desear es que, igual que
los autores hemos disfrutado escribiendo estas páginas, los lectores disfruten
de su lectura y sientan que contribuyen a incrementar su interés y atracción
por estos estudios.