Uno de los argumentos recogidos en la Declaración
de independencia de Tejas, en 1836, fue precisamente la incapacidad del
gobierno mexicano para desarrollar un sistema educativo público en Tejas. Para
comprender someramente el sistema educativo de San Antonio es necesaria una
breve introducción. El control general, es decir, la autorización para abrir o
la decisión de cerrar las escuelas, depende de la Texas Education Agency, con sede en la capital, Austin. La agencia
administra también las pruebas de Evaluación de Conocimiento y Habilidades (TAKS en inglés). El estado se divide
en distritos escolares independientes, que son varios en una ciudad grande. San
Antonio cuenta con siete distritos. El modelo actual se basa en el plan federal
de educación de 2002, No Child Left
Behind, que responsabiliza a las escuelas de los resultados de las pruebas
estatales y el índice de abandono escolar de acuerdo con un baremo que se basa
en cuatro grupos de estudiantes: whites,
hispanics, African-American y económicamente
desfavorecidos. Un complejo sistema de financiación garantiza un relativo
equilibrio básico entre los distritos de los barrios ricos y los de las zonas
pobres. Las dificultades no se originan principalmente como consecuencia de las
diferencias económicas, sino como consecuencia de la calidad de los gestores
educativos, en último término elegidos por los ciudadanos. Cuando un distrito
pobre, como East-Central en San Antonio, en 2013-2014, tiene unos gestores
pésimos, los problemas de escolares y maestros son graves y el futuro de
algunas escuelas se vuelve inseguro. Los maestros tratan de conseguir contratos
en otros distritos y se marchan. La participación internacional para el
bilingüismo puede también fracasar. Así, el estado de Tejas tiene un acuerdo de
recepción de profesores españoles de primaria y secundaria, con el gobierno de
España. Se supone que se contrata a los profesores españoles para dar clase en
español en los programas bilingües del distrito. El distrito receptor en San
Antonio es East-Central. En realidad, sólo una de los profesores españoles dio
la mayor parte de sus clases en español, otro dio todas en inglés y los
restantes, la mayoría en inglés. El bilingüismo es una excusa para conseguir
sobre todo profesores de ciencias, porque los norteamericanos no quieren ir a
esas escuelas. De la docena de profesores españoles, uno regresó en Navidad del
primer año y nueve más en junio del primer año, de los tres que se supone dura
su estancia. La consecuencia, aunque dura, es innegable: el acuerdo entre los estados
participantes y el Ministerio de Educación de España, desde el lado
norteamericano, se ve como un modo de conseguir profesores cualificados en
sectores deficitarios, más que de potenciar la enseñanza bilingüe.
Los programas propios de educación bilingüe en Tejas han vivido frecuentemente
en la ambigüedad creada por su origen reivindicatorio y de enfrentamiento de
comunidades. La situación empezó a cambiar en cierto modo a partir de la década
de 1990, cuando los distritos con mayoría anglo empezaron a darse cuenta del
interés que tenía el español, como lengua internacional, no como lengua de
gueto, y de las ventajas económicas que el bilingüismo conlleva en los sectores
sociales en los que sus hijos tenían mayores posibilidades (medicina y derecho,
particularmente). También ha ido influyendo, de manera progresiva, la creciente
inmigración mexicana de un nuevo tipo, la de los profesionales e industriales o
comerciantes de las capas medias y altas de la sociedad de México, que han ido
tratando de sacar a sus familias de la situación de terror que ha caracterizado
al México del norte, sobre todo, en el siglo XX y primeras décadas del XXI. Eso
conduce a una inmigración mexicana del norte, más rica, y otra del sur, más
pobre, diferentes incluso en su apariencia física, y crea una nueva fractura
dentro de la sociedad, fresitas y pelados.
|
Earl Warren |
Conseguida la igualdad de acceso a las escuelas,
sin distinción de raza, el paso siguiente, esencial para el movimiento chicano,
fue la lucha por la enseñanza bilingüe y bicultural. Téngase en cuenta que lo
realmente importante de ese binomio adjetivo es el segundo, bicultural. Lo que importa, dentro de lo
políticamente correcto, es que nadie se sienta discriminado por razón de su
origen. Si tiene que haber clases en español, hay clases en español, aunque, en
muchos casos, la relación entre maestros y alumnos sea en inglés, dentro de
esas clases. La preocupación lingüística es muy desigual, los estándares pueden
ser muy bajos, puede haber un rechazo decidido a la norma, reflejado en una
ignorancia palmaria de la ortografía y, en general, lo que interesa es el
español de los Estados Unidos, el de la raza,
no el español en el mundo. Este aspecto, como ha estudiado bien Hilda
Velásquez, también se manifiesta en la publicidad para hispanos, claramente
reducida al ámbito interno, domestic.
En 1968 se aprobó la ley de educación bilingüe (Bilingual Education Act). El artículo
VII de la ley autorizaba la cesión de financiación federal a los distritos
interesados en el desarrollo de la educación bilingüe y también a los
investigadores de las distintas cuestiones implicadas. El cambio era notable,
aunque la financiación, tras el correspondiente concurso, sólo llegó a un
número limitado de distritos. Entre 1880 y 1968, puede decirse, lo esencial era
la política lingüística asimiladora, a partir de 1968 se abre una época más
cercana al espíritu de la Constitución y se favorece, a veces muy tímidamente,
una educación que respete los rasgos de las minorías, especialmente la minoría
mayoritaria y ya mayoría en bastantes distritos, la hispana.
Cinco supuestos, según Paulston, en 1978, habrían
guiado el desarrollo de la educación bilingüe: el primero de ellos la
conciencia de sus ventajas en la igualdad de oportunidades. El segundo de ellos
se refiere a su importancia en el desarrollo del conocimiento de la cultura de
la “lengua madre”, para lograr así un equilibrio entre las dos culturas. En
tercer lugar se menciona su importancia
metodológica: las ventajas de la educación en la “lengua madre”. El cuarto
supuesto es que la destreza en el manejo de las dos lenguas a partir de la primera
incrementa las habilidades para el aprendizaje, lo que redunda en el éxito
educativo del alumno. Finalmente, la quinta, que nos llevaría de nuevo a Sapir,
es la conciencia de una relación entre el lenguaje y la cognición, lo que
incluye el desarrollo cognoscitivo. Recuérdese que, para Paulston, el cambio de
lengua es un parámetro de integración en la nueva sociedad. La educación
bilingüe, en consecuencia, se dirige a la mejor integración del alumno en la
sociedad a la que pertenece, la norteamericana.
Sesenta años después del caso Brown, un estudio de
la Universidad de California en Los Ángeles, con el sugestivo título de “Brown at 60” apunta a la pervivencia de la segregación
en las escuelas de Tejas, de una forma, por supuesto, más sutil. En los barrios
de mayor concentración de latinos, sureste, sur y oeste de San Antonio, más de
la mitad de todos los latinos asisten a escuelas en las que al menos el 90% de
los alumnos proceden de las minorías
desfavorecidas (hispanos, indios y negros). El estudio destaca que los
latinos son más segregados que los negros en el sistema escolar y que
California es el estado con mayor segregación de latinos. Erica Frankenberg, una de las
coautoras, observa que las escuelas en las que se practica la segregación “suelen
ser escuelas con gran concentración de pobreza y acumulan diversas desventajas
educativas para esos alumnos”.
|
Los olvidados |
En el caso de San Antonio, East Central, el
distrito estudiado en 2013-2014, es un distrito suburbano, que son precisamente
aquellos en los que la segregación es más clara, según el estudio de UCLA.
Junto a porcentaje elevadísimo de familias monoparentales, ofrece también
índices elevados de abandono, que hacen pender amenazas de cierre sobre
escuelas como la escuela media estudiada, Legacy,
serios problemas de drogas, necesidad de control de armas en las entradas,
indisciplina generalizada, elevado índice de inseguridad, elevado índice de
maternidad de adolescentes, con violencia doméstica, asesinatos por arma de
fuego y, en el lado escolar, dificultad de contratación de docentes,
especialmente de ciencias, mal uso de los programas bilingües, por desviación
de los profesores contratados para ese fin hacia otros servicios, pobres resultados
en las pruebas estatales y preparación inadecuada para el futuro de los
estudiantes que muestran interés y aprovechan. Es, en el caso de Legacy, el
resultado de una dirección que procede de un tipo especial de profesores, que
son los entrenadores deportivos (coaches),
de reducida experiencia docente y que no muestra gran compromiso con el futuro
de los alumnos. Es un caso evidente del interés por el mantenimiento de la
frontera de clases y de la subordinación de los estudiantes hispanos y sus
intereses a las directrices de una administración que también procede de la
misma área suburbana; pero no es latina. La probabilidad de éxito de un buen
estudiante en una de estas escuelas es, lamentablemente, mínima y, en bastantes
casos, la supuesta educación bilingüe, una falacia.
[Lea el artículo completo en academia.edu]