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Raymond Foulché-Delbosc, por Ramón Casas |
La historia de
los libros contiene su parcela de apariciones y desapariciones, que son a veces
más virtuales que reales, por fortuna. Es el caso de una colección particular,
la de Raymond Foulché-Delbosc. Aunque distintos investigadores habían dado
noticia de la existencia de este fondo en la Sala del Tesoro de la Biblioteca
Nacional de la República Argentina, en Buenos Aires, parece que esas
publicaciones no alcanzaron la necesaria difusión y esa parte de la colección
se había dado varias veces por perdida.
Raymond
Foulché-Delbosc (1864-1929) fue un gran hispanista francés. Fundó en 1894 una
muy conocida revista científica, la Revue
Hispanique, donde publicó, bajo su nombre y una variada gama de
pseudónimos, ediciones y estudios de textos clásicos españoles. Muchos de los
libros estudiados eran parte de su biblioteca personal. Tras su muerte, la
magnífica colección que logró reunir fue subastada los días 12-17 de octubre de
1936 en el Hotel Drouot de París, bajo la asistencia del experto Georges
Andrieux.
Gustavo Martínez Zuviría (Hugo Wast) |
Una brillante gestión del entonces director de la Biblioteca
Nacional, Gustavo Martínez Zuviría (que publicaba con el seudónimo Hugo Wast),
concretada en París por Jorge Max Rohde, llevó a Buenos Aires un conjunto de
valiosos ejemplares, catalogados en su fichero y bien guardados en la Sala del
Tesoro. La guerra española y la mundial pusieron sordina a las noticias sobre
esta compra. La intención inicial de la Argentina era la adquisición de la
colección completa; pero la viuda de Foulché-Delbosc prefirió que los libros
salieran a subasta en diferentes lotes, lo que provocó su dispersión. La
información de los precios y los adquirentes se conservó en el ejemplar del
catálogo de la heredera, en el que apuntó cuidadosamente esos datos. Ese
ejemplar se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Toronto, en el
Canadá; pero hay que advertir que cuando se solicita este libro a la Biblioteca
suelen facilitar un ejemplar no anotado, naturalmente por protección. El grueso
de la colección, en cualquier caso, fue a parar a Buenos Aires. Se publicaron
por lo menos cuatro notas desde su adquisición, las cuales, al parecer, no
llegaron al público adecuado. La compra fue reseñada debidamente en la Memoria
de la Biblioteca Nacional correspondiente a 1936, y en 1937,
en el primer cuaderno de la Revista de la Biblioteca Nacional,
publicada de nuevo bajo la dirección de Gustavo Martínez Zuviría,
después del largo período de silencio subsecuente a la publicación del último
número de los Anales de la Biblioteca Nacional, que había dirigido
Paul Groussac. Los ejemplares ingresaron en 1937 en la "sala de
reservados", hoy día Sala del Tesoro, como Colección F-D, donde fueron microfilmados.
En 1992 se hizo una nueva referencia a la colección, aunque
muy breve y publicada en un medio de difusión limitada. Después del traslado a
la nueva ubicación de la Biblioteca, Hugo Acevedo escribió el capítulo sobre la historia de
la Biblioteca Nacional Argentina que se publicó en el volumen conjunto editado por la
Asociación de Bibliotecas Nacionales Iberoamericanas, ABINIA. En ese estudio
se refirió a la adquisición del Fondo en 1936 y destacó, entre otros tesoros
bibliográficos, "varias ediciones de La Celestina", con una
referencia especial al volumen de "Sevilla 1502", uno de los tres
ejemplares conservados de esa impresión. Fuera de ello, entre los investigadores
directamente interesados, silencio.
H. Sharrer y A. Askins con Aida Fernanda Dias |
En el
invierno austral de 1996, los profesores Arthur Askins y Harvey Sharrer, ambos
de la Universidad de California, en Berkeley y Santa Bárbara, respectivamente,
en su búsqueda de manuscritos para las bases de datos incluidas en el gran
proyecto de catalogación de manuscritos castellanos, catalanes y
gallego-portugueses Philobiblon, accesible
hoy por internet y de relevancia mundial (http://vm136.lib.berkeley.edu/BANC/philobiblon/index_es.html),
visitaron el nuevo edificio de la Biblioteca Nacional en la ciudad porteña. Al
consultar los ficheros de la Sala del Tesoro, advirtieron que varias fichas
incluían la indicación FD en su signatura. Su sospecha de la atribución de las
siglas a Foulché-Delbosc fue cierta y así pudieron comunicar el
redescubrimiento al Congreso Internacional de medievalistas de aquel año. En
Buenos Aires se colaboraba desde hacía tiempo en proyectos coordinados por el autor
de esta nota, como el Corpus de Referencia de la Lengua Española Contemporánea,
con la asesoría lingüística de la llorada Ofelia Kovacci, entonces Presidenta
de la Academia Argentina de Letras, y la coordinación de Verónica Zumárraga, o
el Archivo Digital de Manuscritos y Textos Españoles (ADMYTE: http://www.admyte.com/historia.htm). Gracias a la
relación establecida entre Arthur Askins, Harvey Sharrer y el grupo de
investigadores argentinos relacionados con esos proyectos, así como a la
información de la que tomó nota inmediatamente Georgina Olivetto, del Seminario
de Crítica Textual, SECRIT, que dirigía entonces otro gran profesional de la
Hispanística, también lamentablemente fallecido, Germán Orduna, se pudo empezar
el trabajo en la Biblioteca Nacional, en 1998, con la ayuda de Hugo Acevedo y
los funcionarios de la Sala del Tesoro y el apoyo de cuantos trabajaban en la
institución. La idea, dadas las dimensiones del Fondo, fue lanzar un proyecto
de investigación conjunto apoyado por los gobiernos de Argentina y España, como
finalmente se hizo.
El catálogo de
manuscritos e impresos de la colección Foulché-Delbosc, que estaba previsto
ofrecer simultáneamente en su versión digital por la Biblioteca Nacional y el
Laboratorio de Lingüística Informática de la Universidad Autónoma de Madrid,
sólo se ofreció en este último servidor. Si bien la catalogación está completa,
tanto para los impresos como para los manuscritos, con accesos separados (http://www.lllf.uam.es/~fmarcos/informes/BNArgentina/catalogo/fdcataim.htm
para impresos y http://www.lllf.uam.es/~fmarcos/informes/BNArgentina/catalogo/fdcatams.htm
para manuscritos) la crisis económica argentina y los cambios políticos que se
produjeron poco después, impidieron que el proyecto se desarrollara más,
lo que hubiera incluido las transcripciones de los manuscritos, además de la
información amplia que se da sobre ellos en el catálogo.
Georgina Olivetto en la Universidad de Salamanca |
Aunque el acceso
a la información, en consecuencia, estaba garantizado y tanto este autor como
Georgina Olivetto realizaron varias publicaciones en las que se daba amplia
información de ejemplares en concreto o de grupos de materias, los vaivenes en
la dirección de las instituciones argentinas dejaron sin efecto la idea de
incorporar este catálogo electrónico a la catalogación correspondiente de la Biblioteca
Nacional y la colección tampoco atrajo el interés de otros investigadores, de
manera que siguió casi perdida, en la práctica. Es deseable que esta situación mejore gracias al acceso digital a los contenidos de la Biblioteca, que, en lo que se refiere a los manuscritos, permite la consulta de los microfilmes, ahora transferidos a formato digital, en su portal http://trapalanda.bn.gov.ar/jspui/handle/123456789/7930. La información complementaria a
los catálogos es fácilmente accesible en diversos títulos incluidos en https://utsa.academia.edu/FranciscoMarcosMarín
o https://uba.academia.edu/GeorginaOlivetto.
Los lectores
curiosos podrán acceder a los catálogos en el servidor de lllf.uam.es; pero
quizás convenga dar alguna idea rápida de qué se puede encontrar. Entre los
manuscritos, la Crónica de Enrique IV de Diego Enríquez del Castillo o
la Crónica del Rey Don Rodrigo, o Crónica Sarracina destacan,
junto a diversas recopilaciones de poesías diversas del siglo XVII o la Carta
moral de Francisco de Quevedo, en una copia del XVIII. Entre los impresos,
abundan los del siglo XVI, ya se ha hablado del ejemplar de Celestina y
puede destacarse también un incunable, es decir, un impreso anterior a 1500, la
Historia Baetica, de Carlos Verardi, impresa el 7 de marzo de 1493 en
Roma. Este incunable contiene la que puede ser la impresión más antigua de una pieza
musical profana, que puede leerse en transcripción moderna por el estudioso y
músico argentino Pablo Massa (http://www.lllf.uam.es/~fmarcos/informes/BNArgentina/catalogo/MusicaIncunableVerardiVol.pdf)
de la partitura original (http://www.lllf.uam.es/~fmarcos/informes/BNArgentina/catalogo/verardi.gif)
y escucharse en interpretación de este estudioso (http://www.lllf.uam.es/~fmarcos/informes/BNArgentina/catalogo/verardi.mid).
Seguramente hay
varias razones que explican por qué no se ha aprovechado más este fondo, tras
el esfuerzo que supuso su estudio y catalogación digital; pero tal vez ahora
las redes sociales puedan hacer más que lo que fue posible a finales de los 90.
Quizás no sea siempre bueno anticiparse a los tiempos.
De libros se habla también en otras páginas de este cuaderno, por ejemplo en este enlace:
Robar libros en tiempos de herejes.
De libros se habla también en otras páginas de este cuaderno, por ejemplo en este enlace:
Robar libros en tiempos de herejes.